Se sintió como una descarga eléctrica que recorrió mi cuerpo de la cabeza a los pies: el poder de las palabras.
Le había escrito tanto, tantas veces y Él con un simple párrafo me desarmó. Mi primer impulso fue responderle, exigirle respuestas, correr detrás de sus huellas, pero no hice nada.
No hice nada porque ya lo he hecho todo, porque es hora de regresar a mí.
Ya no debo sufrir más, mi corazón está cansado de ésta historia sin final, ... y al paso de los días he descubierto que aún así hay hermosura en todo esto, en descubrir que soy más flores que estrellas.
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