Llego y se sentó en el sillón. Venia con su sonrisa de hace 20 años. Me dijo: "dame cobijita" y juntos nos tapamos y nos reímos, "te extrañe" alcanzo a decir. Le dije que también lo extrañaba y que me daba gusto verlo. Le hable de lo que estaba sintiendo y el me hablo de como se le va arreglando la vida. Después de un rato y de unas cervezas, me dio el sermón mas lindo y verdadero, me describió como soy, lo que digo, lo que busco en el amor y como me saboteo. No pude defenderme, tiene razón ... "tienes razón". Pero el la tenia y la tiene. Cuando se fue, inclusive días después seguí dándole vueltas a sus palabras. Y si, tiene razón, hice lo que me dijo, me siento feliz. Le quiero con el alma, como esos amigos de secundaria que somos.