
Recuerdo la primera vez que hicimos el amor,
tal como si fuera ayer puedo sentir la emoción, los nervios,
las mil preguntas que venían a mi mente
y terminaron esa noche con una respuesta:
Tu cuerpo.
Por fin llegaba ese momento que tanto se había prolongado
y esa noche se detuvo el tiempo...
Ahí estábamos lo dos, yo no pensaba mas que en tí,
en la enorme necesidad que sentía por tenerte.
Tus besos, caricias y palabras inundaron la habitación.
Sin pasado, sin futuro, con un presente que se limitaba a ese instante,
lo recuerdo todo a la perfección:
El juego previo, mi desnudez, tu mirada, mis manos en tu espalda,
el sudor, la respiración, mis besos en tu cuello, tu olor, la habitación casi oscura,
el constante TE AMO en mi cabeza, mi voz diciendo: ERES TU.
Creo que nunca antes me había sentido tan cómoda estando desnuda ante un hombre,
creo que nunca antes me habian tocado así,
creo que nunca antes había besado de esa manera,
nunca antes había hecho el amor hasta esa noche...
Lo de esa noche, como todo en esta vida, terminó.
Sé que vendrán para los dos noches diferentes,
cuerpos nuevos o conocidos con los que compartamos momentos de pasión,
ternura, rutina, reconciliación y mil formas que hay para entregarse,
inclusive y ¿porque no?, mejores que esa noche.
Pero ¿sabes? al final, cuando todo termina,
y se piensa en el verdadero amor,
lo difícil es enfrentar que quien está al lado,
NO eres tu,
NO soy yo.
Sólo entre nosotros dos podemos hacer el amor,
TU a mi,
YO a ti,
¿lo demás? ! es otra cosa!
Comentarios
y es que el acto del amor es la total entrega que no se puede repetir con persona alguna