carta soñada

30 de Septiembre de 1933

SJ de mi corazón:

Han pasado 10 días desde tu partida, 240 horas de angustia y amor desperdiciado me invaden desde entonces, sin poder dormir veo amanecer cada noche, los años cayeron sobre mi y la mujer que veo en el espejo ya no responde a mi nombre.

He muerto junto contigo.

Los niños me preguntan por ti cada segundo y yo no se como explicarles que has desaparecido, nada me consuela ni cambia lo ocurrido, me gustaria dormir largas horas para encontrarte en sueños tal y como lo prometiste ... nos veremos cada noche, mujer de mi alma.. te amaré siempre.

Pero el sueño no llega, y la frustracion de no verte nunca mas me hace tenerte un coraje terrible que quisiera reclamarte como te atreviste a dejarme sola, en una casa tan grande, con unos hijos tan pequeños, con una vida que no quiero vivir sin ti y un cuerpo que fue hecho para tus caricias.

Gritarte a la cara que miles de baúles se quedaron llenos de recuerdos pero sobretodo de planes, de viajes que no hicimos, de canciones que no bailamos, de besos que no nos dimos, de una vida juntos que ya no tendremos.

Te odio por haberte muerto, por no haber tenido mas tiempo para amarte, para decirte lo feliz que era entre tus brazos, el maravilloso hombre que eras, y repetirte una y otra vez que me enamoré de ti en el instante en el que nos vimos, y como de la nada surgió en mi una voz que decía ... es mio, solo mio.

Como se rieron Aida y Carmen cuando les dije que me casaría contigo ... pero Frida si no sabes ni su nombre .... que importaba? ... la elección estaba hecha y yo te di mi corazón sin sospecharlo tu, y te hice creer que habias sido el conquistador y quien me robó aquel primer beso ... el primero para mi, para ti era el número mil supongo, bandido!!, pero te lo dije, yo sere la última mujer a la que besarás..

y asi fue, tu último beso fue mio...

El único hombre que me ha besado se ha ido, aquel que detenía el tiempo con tan solo mirarme, de tu mano descubrí mi cuerpo, en medio de una pasión que me educaron para que fuera prohibida pero contigo era una aventura interminable, cómo adoraba la manera en la que me envolvías y me hacías a tu antojo, sabías dónde y cómo tocarme, jamás me sentí como una tonta e inexperta contigo.

Recuerdo que el nerviosismo me consumía, pero le ganaba el deseo de tenerte, de pertenecerte... la primera noche que estuvimos juntos me dijiste ahora eres mi mujer y yo soy tu hombre, aprenderemos juntos ... me entregué a ti y no hubo prisas, creíamos tener todo el tiempo del mundo y cada noche fue un descubrimiento maravilloso, a veces pícaro, un montón de secretos que nos volvía cómplices, momentos solo nuestros, me encantaba buscar tu mirada en medio de la gente y con los ojos decirte que te necesitaba, que me urgía que desaparecieran y fundirme en tu cuerpo, que me respondieras con una sonrisa y empezaras a seducirme mucho antes de llegar a nuestra habitación.

Cómo me haces falta amor de mis amores, la vida sin ti es demasiada ausencia, y en toda la casa reina un silencio que ya no rompes con tus carcajadas provocadas por Albertito o por los cariños que le regalabas a Maria, los dos estan tan grandes, tan crecidos, Mary empezó de la nada a caminar y es como si descubriera el mundo que antes le era negado, va despacito por la sala, es tan pequeñita que me da miedo perderla debajo de algun mueble ... y Alberto cada dia se parece mas a ti, con esa seriedad que encierra una ternura increible, tan inteligente y entregado, es tu viva imagen, los mismos ojos, el color de la piel, tu cabello... tan guapo como su padre.

Te he escrito tanto, con dolor y apego, con coraje y un amor que me traspasa, tantas palabras te he dicho mi vida, porque me gusta pensar que puedes leer mi mente, o que en medio de la noche llegaras a buscar este papel lleno de palabras y poco legible por mis lágrimas, sólo para decirte que te amo, que te voy a amar en ésta y en todas mis vidas, en cada una de ellas te voy a encontrar y te voy a entregar de nuevo mi corazón, cada vez con mas amor acumulado, quizás y sólo quizás en alguna de ellas tenga suerte y no te pierda pronto, y puedas entonces cumplirme la promesa de envejecer a mi lado.

Te amo con toda mi alma.

Siempre tuya...

Frida Valentina